Garage667

Por la red llega, a través de diversas redes sociales, un conjunto de imágenes de esta negra motocicleta, que no es sino una Streefighter con motor de dos válvulas y colín pequeñito tipo café.

Poco más que decir. Un ejemplo más de cosas que estás bien hechas, y de otras varias que mejor no volver a cometer tamañas equivocaciones.

Es raro que preparadores que se llamen a sí mismos "profesionales" nos dejen semejantes pifias. Pero claro, en esto pasa como con todas las cosas en la vida, que uno utiliza algunos recursos que tiene a mano, y a veces sale bien. Pero amigo mío, hay que tener un poco de bagaje, haber leído algo, saber un poco de esa rama llamada "estética" que cuida de las proporciones y de lo que hay que considerar bello y qué no lo es, y sobre todo hay que viajar, ver, sentir, compartir, comparar.

S2R 800 Cafe

John, un ingeniero mecánico que estaba aburrido, se hizo de una Monster 800 S2R. Inspirado por la obra de Pepo, a quien he alabado en más de una ocasión, se decidió a realizar su visión de un desmoengendro en toda regla.



Siguiendo los cánones radicalducatianos, se chopeó la trasera, rehaciéndolo completamente para acoplar el colín más o menos encajado con un depósito de XX9 ensanchado por delante (ha quedado algo intermedio entre una XX9 y una STF), formando unos ángulos raros que no acabo de ver.
Lo demás es lo típico: una horquilla pata negra que alguien vendió en eBay, el amortiguador que aun amigo le sobraba, las llantas forjadas que costaron una pasta gansa...



En la foto inmediatamente superior podemos ver dos de los principales bodrios que hacen que esta perpetración sea de índole prácticamente delictiva: por un lado usar un faro de Harley, horrible, sobredimensionado, atroz casi, mal ubicado; por otra parte, la desmesura de una pata de cabra también de XX9, un objeto de culto diseñado por el dios del lápiz Pierre Terblanche para integrarse a la perfección en las líneas del carenado de la primera superbike de este siglo salida de Borgo Panigale, pero no para mostrarse aislada de cualquier manera, cobrando un protagonismo que nunca debió tener por sí sola. ¡Error!



A ver si nos vamos enterando. No basta con ser ingeniero, montar suspensiones pata negra, frenos radiales y llantas ligeras. Hay que tener un mínimo criterio estético, pensar en la obra como en un todo, y no una mera colección de piezas que poco tienen que ver unas con las otras.
Esto es un despropósito. Nunca debió haberse hecho.

El chicken strip de la rueda trasera lo dice todo. Una moto para postureo puro y duro:



Paso de seguir gastando tiempo y bits en esto. Agur.

ST2 CR, por Motor Retro

Desde Sidney nos llega este trabajito un poco diferente a lo que estamos acostumbrados a ver, sobre la base de una ST2 de 1997. Pero a pesar de que la descripción que encontré era esa, que su origen es una ST2, hay cosas que no me cuadran... Sobre todo el motor, que es lo más característico. En la ST2 se montaba un 944 con las culatas refrigeradas por agua. Y el de esta moto que nos ocupa no es eso ni por asomo...
A partir de ahí, esto puede ser cualquier cosa, pero me inclino por una M900 retocada.
La elección del depósito es uno de los puntos más importantes en estas motos, y escoger el de una 999 es, cuando menos, un poco arriesgado, pues le da un toque muy moderno y agresivo que después hay que conjugar con los demás elementos de la carrocería, sobre todo con el colín, que en este caso, pues, cómo decirlo... no queda del todo bien. Se intenta disimular un poco con el juego de pintura y tapicería, y se ha querido quitar protagonismo al chasis dejándolo en color negro, igual que las llantas, procedentes de alguna superbike XX9, como el guardabarros delantero.
Asimismo, el escape dos en uno con ese pequeño puro a modo de silenciador, queda un poco extraño por el colector tan recto por debajo del motor, y el mojón de pinza trasera en negro contrasta con las Brembo monobloque delanteras, montadas sobre una horquilla de procedencia japonesa (oh, anatema).

En fin, no me apetece seguir describiendo este ejemplo típico de lo que pudo ser y no ha sido, una verdadera ocasión perdida.

Pata Negra, por XTR Pepo

Adoro el estilo de Pepo. No es la primera vez que cuelgo aquí una de sus motos, pero en este caso ha logrado tocar la fibra más sensible de los aficionados a una época gloriosa y curiosa de Ducati:



Esta máquina recuerda mucho a las TT1 y TT2. Y como Pepo es, además, un aficionado a las carreras de resistencia, no ha podido resistir la tentación de plasmar un montón de ideas en esta moto que una vez fue una "vulgar" M1000ie, lo que no es poca cosa.
Les presento un detalle más cercano del frontal, vista lateral:



Impresionante: fusibles al alcance de la mano, radiador de aceite sobredimensinado, poleas de distribución aligeradas en ergal, pinzas radiales, discos Discacciati de primera clase, semis muy por debajo de la tija, araña custom, faros exteriores para resistencia, depósito de 749 muy modificado. Los detalles son tantos que la lista sería demasiado larga para enumerarla aquí y ahora.

El juego sigue: subchasis muy modificado al estilo XTR para alojar el mínimo (o inexistente) asiento; tapas de motor en magnesio, embrague antirrebote EVR, amortiguador pata negra, pintura de época, basculante reforzado...





Se ha modificado el sistema de suspensión, quiero suponer que para lograr una estética más vacía en la parte trasera. Es de suponer un buen funcionamiento, merced al elemento empleado, pero habría que verlo.
Seguimos con detalles: tirante de reacción par ael disco trasero al más puro estilo Superlight, y minúsculo guardabarros de afiladas líneas, para proteger de inmundicia el bello Ohlins.

Por el otro lado la cosa no es para menos. El conjunto abruma, y quizá me quedo corto, pues ¿qué les parece el guiado de los colectores, lo más pegado posible a la línea de la moto, con el trasero atravesando el propio chasis? Acojonante. Pepo, te has superado con creces.
Seguimos con todo tipo de tapitas de magnesium, bombín de embrague EVR, y esa cola de escape que le sienta brutalmente genial a la línea lateral:



Cockpit muy currado, fiel a su estilo una vez más:





En definitiva, una obra única. No sé si es un escaparate para XTR, o un encargo de un cliente. Sea como fuere, tardaremos en ver algo parecido, tan radical, con pocos compromisos, un trabajo así de redondo y agresivo.

SS Special Cafe

Oh, maravilla!
Un acercamiento a lo pregonado por Walt Siegel, cuya obra sin duda ha sido leit motiv e inspiración para esta SS 900 reconvertida en naked CR.



A pesar de que el colín es susceptible de perfeccionarse en el plano estético, haciendo más fino el grosor de la fibra que queda bajo el asiento, no se puede negar que anexionarlo en una sola pieza junto con el depósito perfectamente integrado sobre el chasis tubular con el ensanchado en su parte delantera, ha sido todo un reto que ha dejado un resultado espectacular.



Para mí, es una verdadera pena sacrificar una de las Ducati con mejor estética de la historia, como es la 900SS de carburación, pero los designios de la vida son a veces inescrutables, y quizá el origen de esta bella motocicleta sea un accidente, unido a un dueño que esté de vuelta de todo y quiera algo único.
Pues si es así, ha acertado. Me encanta el color de la pintura, el contraste del chillón monoamortiguador, los escapes con matarruidos, el detalle de la caja de recogida de vapores del cárter (le da un toque muy legal), los toques de dorado, la horquilla moderna, las llantas de cinco palos, los semimanillares no excesivamente bajos, y el sillín a una altura correcta.



No molan las gomas de tipo turístico, el aspecto viejo de muchos tornillos, o el colín/asiento demasiado estrecho quizá.

Pero en general es un aparato a tener muy en cuenta. No he logrado encontrar quién fue el artífice, pero seguro que hay una bonita historia detrás de esta SS Special.

Wind Rose, por Wrenc 'n' Wheels

Junto a Viana do Castelo, al Norte de Portugal, se encuentra este taller de Pedro, que junto a su padre y su mecánico Abilio han construido esto a partir de una M600 de 1996:



Bajo mi punto de vista de estudioso de las formas y proporciones, esta motocicleta adolece del mismo defecto que las Rad: levanta demasiado la altura del asiento, todo condicionado por lograr una línea más o menos horizontal en un chasis que no fue concebido originalmente para ese fin.
Bueno, la vida es cosa de compromisos, lo que ganas por un lado lo pierdes por otro, y eso, que te pasa en todas las cosas de la vida, en el mundo del diseño de las motos no iba a ser diferente.



El depósito debe pasar por encima del cilindro vertical, y el asiento debe seguir la línea inferior de aquél para lograr que todo cuadre bajo los cánones del caferacerismo más auténtico. Eso hace que quede un hueco grande con todo el subchasis a la vista...
Por lo menos, han tenido la salida de pintar el chasis con un color más neutro que el habitual rojo vivo de las Ducati (que no hace sino agravar este problema visualmente), y la moto en general tiene una elección de colores más que correcta y original, que contrasta con el tapizado del asiento en ese granate vivo. El asiento, sin duda, es lo que más personalidad otorga al conjunto, y unido a ese peculiar colín, le da un toque retro genial.





Semimanillares con cockpit mínimo, ideal para un mecano de esta clase. Los cables se intentan esconder bien, lo que denota el esfuerzo del mecánico en que queda algo verdaderamente resultón. Como consigue con los puños a juego con el sillín, con intermitentes y espejos integrados. A eso se llama matar dos pájaros de un tiro.



Pero hay mucho más. Llantas de radios con aros negros, basculante reforzado, escapes con salida en diagonal hacia arriba, seudo-cupolino al más puro estilo inglés de los 60, son sólo algunos de los muchos detalles que aquilatan la obra.











Y así es como con paciencia, imaginación y mucha creatividad, se ha sacado partido de la más pequeña de las Monster que se vendió en Europa, una 600 con poco más de 50 cv que da para divertirse. Seguro, sin duda.

749s por deBolex

No todo van a ser motos viejunas refrigeradas por aire. Las liquid pueden ser cool, si me permiten la gracieta doble, y una muestra de lo verídico de mis palabras es esta creación:



La máquina pertenece a un coleccionista de motos italianas preparadas, y para esta ocasión decidió elegir como base a la que por muchos es considerada el patito feo no ya de la gama XX9, sino de la historia de la marca boloñesa: una 749, en su versión S (más potente y con algunas mejoras en suspensión). Me honra apreciar lo equivocados que están los que piensen así, y apuesto mi propia 749 a que la inmensa mayoría que así opina, jamás montó en una para poder hablar con conocimiento de causa. Pero no es el objeto de esta entrada el hablar de la 749 como concepto, sino de la obra de arte que tenemos ahora delante:



Esta máquina es tan acertada y tan bien puesta a punto en su relación chasis-motor, que permanece prácticamente inalterada en lo que respecta a esos puntos para esta preparación, dedicando los esfuerzos a la parte cosmética únicamente.
De los tres elementos que hay que señalar, destaca sobremanera el depósito, fabricado totalmente a mano y basado en un diseño único, moldeado a martillazos y hábilmente soldado, todo con gusto y criterio para que encaje perfectamente con la estrechez del chasis a la altura de las rodillas, y lo envuelva por la parte delantera, como hacían las motos de los 70 y 80, dando una imagen tan retro como moderna (al mismo tiempo y sin que parezca un contrasentido). Hay que ser un verdadero artista para lograr eso con éxito, y maestro de la metalistería, un artesano. Un Artesano, con mayúsculas. El colín vino por añadidura, y aporta elegancia y continuidad.







El otro elemento que define el alma de esta bestia es la quilla, que sirve para esconder en sus entrañas todos los componentes eléctricos (salvo la batería, escondida en el colín), que no es poco, pues el extenso cableado, relés, centralita, etc, quedarían a la vista de otro modo, antaño escondidos tras un carenado integral. También oculta el colector del cilindro delantero. Queda así una línea muy limpia y exenta de cables que distraigan y afeen la visión del espectacular chasis y motor Testastretta.












Otras piezas como el guardabarros y el no-cupolino, han sido escogidos y fabricados de acuerdo con el concepto minimalista, pero no salen, en realidad, de la normalidad y los cánones imperantes en este tipo de creaciones.





En definitiva, un trabajo espectacular como pocos, una obra bien hecha, con la que es difícil no estar de acuerdo.