Después de 26 años, el ADN de la Monster original aún resiste en la gama Ducati, y quizá el modelo que más se ajuste al ancestro original sea la 797, que se configura como la Monster más básica de la familia, la única que mantiene el motor de aire y dos válvulas, y ese símbolo que fue para las motos de Bolonia: el chasis multitubular enrejado completo que abraza el motor hasta enlazar con el subchasis trasero del mismo material y configuración:
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Ducati 797 de estricta serie |
De modo que un cliente llegó con una de éstas al taller Angry Lane, en Hong Kong, y pidió una personalización un poco más agresiva, pero sin dejar de lado la sencillez del concepto de la Monster primigenia. Los preparadores enseguida vieron una oportunidad de oro para homenajear a la 900 de 1994, y para ello no tuvieron que trabajar demasiado en reformar, sino en pulir varios detalles que dieran ese toque exclusivo que el cliente quería, que a la postre vendrían a convertir a esta máquina en un catálogo de piezas Ducabike, pues de esta firma son el tapón del depósito, varias tapitas y embellecedores, y sobre todo la tapa izquierda del cárter que deja a la vista el embrague.
Un poco de fibra de carbono por aquí y por allá, y una par de concesiones a la fabricación artesanal: unas aletas laterales a los lados del radiador, dando una estética similar a las motos vistas en MotoGP, o la novísima y exclusiva MV Brutale 1000, y el retoque de la parte trasera y fabricación de un asiento especial (requisito insalvable del dueño fue que pudiera alojar a un pasajero). Ambas cuestiones bien resueltas y que definen verdaderamente lo especial de esta moto.
Lo demás son detalles habituales en estas preparaciones: semimanillares, faro distinto, llantas de radios (incomprensible para mí en este trabajo), silenciador abierto, y otras cosas por el estilo.
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