¿Vale todo? ¿Hay que alabar el trabajo de un constructor, sea cual sea el resultado, sólo porque su anterior obra nos enamorara?
¿Puede uno estar reinventándose constantemente, y vivir de ello?
Si es así, no cuenten conmigo, desde luego. Quizá esta entrada sea un poco dura, pero creo que esto no es lo que parece, sino una caricatura, una hipérbole, una exageración del concepto, un dibujito animado:
Se coge un concepto y se lleva al extremo. Eso es lo que parece ser XTR, de Pepo, algo tan pasado, tan sobrepensado, so overengeneered, que ya no hace gracia.
Porque XTR ya cansa con la manía de elevar hasta la desmesura el colín minimalista, y en esta construcción se provoca una sensación horrible de pesadez, de bulto, de bloque (cualquier cosa menos ligero).
Esa postura de conducción extrema que pareciera que vas a darte la vuelta por delante es asismismo una constante en sus diseños, quizá buscando un dinamismo que no existe realmente en parado. El movimiento se demuestra andando, y esta es una antigua afirmación, es algo que parece que algunos han olvidado. Una moto preparada, un objeto de tuneo, de mejora, no sólo debe parecer rápida: debe serlo. Al menos esta vez la base no ha sido un artefacto inframotorizado, algo es algo.
Y luego está la elección de los colores... Y el frontal bifaro, que podía haber sido algo genial por las reminiscencias de las carreras de resistencia y se convierte en una especie de pájaro con ojos pequeños... ¿Qué quiso hacer Pepo realmente? Hasta que punto es cosa suya o ideas del cliente es algo que me gustaría saber, en serio.
Eso sí, no pueden faltar los discos de freno Discaciati, ni el Ohlins trasero, ni un retorcido y bien acabado tubo de escape (precioso).
Otros detalles que pueden escapar al ojo no entrenado es el tremendo radiador, una pequeña obra de arte, o la unión del semicarenado con el depósito hecho a medida, a base de cierres rápidos.
La moto aburre a los tres minutos de haberla visto. No niego, ojo, que tenga trabajo encima, horas y horas de manufactura de piezas únicas, pero eso per se no justifica nada ni lo cataloga como una obra cum laude, ni mucho menos.
Sin ir más lejos... ¿ESTO QUÉ CARAJO ES?:
Más cerca es peor:
Me entristece, me apena, me deprimo cuando veo cosas así. Veo el potencial, lo que pudo ser. Y el facto, lo hecho.... en fin.
29/7/19
17/7/19
Alpinestars 55th, de Deus Ex Machina
No hace falta presentar a una marca como Alpinestars. Para commemorar su 55º aniversario, Gabriel Mazzarolo, su presidente y propietario, hijo del fundador, decidió que era la excusa perfecta para comprarse una nueva moto, algo especial. Mazzarolo es una figura bien conocida en los paddocks de las carreras por todo el mundo, y asimismo ha hecho sus pinitos en la pista alguna vez. No sé qué es lo que pasa con estos CEOs italianos, pero aparentemente son guerrilleros de circuito además de buenos hombres de negocios (como ocurre también con Claudio Domenicali, de Ducati).
Pasamos ahora a presentar a Woolie, quien creció dando vueltas por la tienda de su papá, un concesionario Ferrari, lugar en el que fue desarrollando un amor por las formas y estilo italianos.
Sin duda, parece que no tenemos que preguntarnos el porqué la moto Alpinestar 55th tiene una convincente onda italiana...
Pareciera que la idea de construir esta máquina surgiera en un circuito, ¿no?
"Hablaba con Woolie en Laguna Seca", comienza a contar Mazzarolo. "Creo que fue hace dos años en una carrera de WorldSBK. Y me dijo que era un gran fan de la marca y estaba fascinado con su historia, y me soltó `Gabriel, ¿por qué no construyo una moto para tí? Podría tomar elementos de la historia de Alpinestars y hacer la mejor moto que haya pasado por mis manos´".
Aquella fue una proclama un poco intrépida, pero si quieres impresionar al presidente de Alpinestars, tienes que sacar la artillería pesada. Por supuesto, esta es la especialidad y el juego de Michael "Woolie" Woolaway. Como Director de Diseño de Motocicletas en Deus Ex Machina en Venice, California, Woolie es famoso por construir motos rápidas como el rayo (y aplicando el principio la-función-hace-la-forma) para celebridades, como el proyecto de una street tracker para Dani Pedrosa.
"Realmente me gusta cómo trabaja Woolie", dice Mazzarolo. "Si te fijas en los detalles, se asegura de que la geometría es correcta, la moto se maneja bien y tiene buena posición de conducción. Es similar a lo que hacemos en mi compañía, porque aunque también hacemos productos que tienen buena imagen, ese es siempre nuestro segundo objetivo, siendo nuestra prioridad que todo lo que fabricamos tiene que funcionar para la seguridad, practicidad y confort. Y así es como Woolie trabaja."
El reto sería commemorar el pasado de Alpinestars y simultáneamente reflejar su ética de mirar hacia delante. Para dotar a la moto con una "historia de innovación", Woolie, como siempre hace, tendría que maridar pasado y presente, algo fuera del tiempo y con una buena parte de diseño afilado. Cada parte debería simbolizar algo más grande. Y en su corazón, como conviene a su gran historia, necesitaría el motor perfecto, algo con su propio recorrido y, idealmente, algo italiano, rápido y un poco especial.
Cuando se presentó en San Francisco una Ducati Sport de 1974 en estado impecable, Woolie supo que ésta era. El bicilíndrico de ejes cónicos y tapas redondeadas era apropiado conceptualmente, y el que nos ocupa, además, tenía una cosa extra: había sido enviado a Australia para ser preparado y ajustado por "los que susurran a los motores de ejes cónicos", Vee Two.
Woolie recuerda: "El dueño puso este motor de Vee Two en la moto y decidió, `¿sabes qué? Es demasiado bonita, no puedo competir con ella´, y la puso en su sala de estar. Y la moto era super cara (unos 55.000 dólares)... y salté a la furgoneta, conduje hasta allí, y la compré tal cual. E hice todo esto antes de hacer el trato con Gabriel.
Mazzarolo siempre está ocupado, viajando por todo el mundo, increíblemente ocupado, y estuvo de acuerdo en encontrarnos en mi taller un viernes o un sábado por la noche, tuvimos una charla, e hicimos el acuerdo."
Woolie construye una moto custom del mismo modo que un equipo de carreras hace una moto de pista. Eso significa que el diseño está guiado por la objetividad. Una ejecución perfecta demanda quitar el ego de la ecuación. La mentalidad única llega con el sacrificio.
"Trabajé cada día durante tres meses en ella", recuerda Woolie. "Trabaje incluso el día de Acción de Gracias y en Navidad, y en Año Nuevo... Sí, mi esposa es muy comprensiva. No diseño las cosas en una computadora: trabajo con papel y aluminio, y los patrones son lo que más tiempo toman."
El motociclismo alimenta a la obsesión. La obsesión alimenta a la especialización de habilidades. Cuanto más te metes, mejor llegas a ser. Así es como se construyen las leyendas en el deporte. Y no sólo los corredores, sino también los constructores: el que hace el chasis, el que monta las ruedas, el que ajusta el motor... Todos conocemos a algún tipo así, solo que los tipos de Woolie pertenecen al Salón de la Fama de la AMA.
Woolie recibió la ayuda del legendario constructor de chasis Jeff Cole, de C&J Precision Products para fabricar un cuadro a la medida. Cole, ahora acercándose a los 80 años de edad, se ganó su puesto en el Salón de la Fama de la AMA por construir chasis de carreras para incontables motos y corredores ganadores de muchos campeonatos, como Kenny Roberts, Scott Parker, Chris Carr, Bubba Shobert, y otras leyendas. Cole es la leyenda detrás de las leyendas. Puede que incluso la leyenda que hizo posible a otras leyendas.
Aunque Cole es el nombre más famoso envuelto en la construcción, no es el único. Jimmy Wood, que hace la preparación de suspensiones para los mejores corredores de flat-track, se encargó de los amortiguadores en Race Tech; la horquilla viene de una moto de carreras de Chuck Grave; y pos supuesto el motor es de Brook Henry y Andrew Cathcart, de Vee Two, como ya se ha dicho.
Woolie estima que la moto pesa alrededor de 350 libras, poco menos de 160 kg, y arroja unos 80 cv de potencia. Mazzarolo sólo permitió a dos personas probar la creación antes de iniciar un tour por salones y shows por todo el mundo: el analista-periodista de la revista "Sportrider", Alec Dare, tuvo la suerte de ser uno de ellos.
Las retorcidas carreteras a las afueras de Palos Verdes proveyeron las idealmente imperfectas condiciones para que Dare pusiera esta moto en funcionamientoy poder probar el chasis de Cole, arriba mencionado. Le impresionó el tren delantero bien plantado, y el modo en que la larga distancia entre ejes parecía mucho más corta en las zonas de curvas. Hizo notar, asimismo, que el escape Akrapovič (modelo único fabricado expresamente para la ocasión) sonara como 1974, pero el chasis se sentía muchísimo más moderno.
Mazzarolo está igualmente contento con el producto final: "La moto está registrada en California, así que la puedo usar en la carretera. Y me encanta hacerlo."
Impresionante por sus esbeltas líneas rojas y por sus componentes tope de gama, la motocicleta que Woolie ha fabricado para Alpinestars es mucho más valiosa que la suma de sus partes. Representa los valores de esa marca, pero más que eso, representa los valores que dirigen nuestro deporte: dedicación, habilidad, pasión.
Mazzarolo pensaba que iba a conseguir una moto para commemorar el legado de su marca, pero viendo la lista de colaboraciones de grandes hombres, Woolie construyó un aparato que paga tributo a todos aquellos desconocidos que trabajan por el amor al motociclismo en sí mismo.
En la siguiente foto, Woolie señala elementos del diseño al periodista europeo mientras Dare mira de cerca el motor:
Si has llegado hasta aquí, dejo este video del montaje:
Pasamos ahora a presentar a Woolie, quien creció dando vueltas por la tienda de su papá, un concesionario Ferrari, lugar en el que fue desarrollando un amor por las formas y estilo italianos.
Sin duda, parece que no tenemos que preguntarnos el porqué la moto Alpinestar 55th tiene una convincente onda italiana...
Imponente |
Pareciera que la idea de construir esta máquina surgiera en un circuito, ¿no?
"Hablaba con Woolie en Laguna Seca", comienza a contar Mazzarolo. "Creo que fue hace dos años en una carrera de WorldSBK. Y me dijo que era un gran fan de la marca y estaba fascinado con su historia, y me soltó `Gabriel, ¿por qué no construyo una moto para tí? Podría tomar elementos de la historia de Alpinestars y hacer la mejor moto que haya pasado por mis manos´".
Hela aquí. |
"Realmente me gusta cómo trabaja Woolie", dice Mazzarolo. "Si te fijas en los detalles, se asegura de que la geometría es correcta, la moto se maneja bien y tiene buena posición de conducción. Es similar a lo que hacemos en mi compañía, porque aunque también hacemos productos que tienen buena imagen, ese es siempre nuestro segundo objetivo, siendo nuestra prioridad que todo lo que fabricamos tiene que funcionar para la seguridad, practicidad y confort. Y así es como Woolie trabaja."
El reto sería commemorar el pasado de Alpinestars y simultáneamente reflejar su ética de mirar hacia delante. Para dotar a la moto con una "historia de innovación", Woolie, como siempre hace, tendría que maridar pasado y presente, algo fuera del tiempo y con una buena parte de diseño afilado. Cada parte debería simbolizar algo más grande. Y en su corazón, como conviene a su gran historia, necesitaría el motor perfecto, algo con su propio recorrido y, idealmente, algo italiano, rápido y un poco especial.
Cuando se presentó en San Francisco una Ducati Sport de 1974 en estado impecable, Woolie supo que ésta era. El bicilíndrico de ejes cónicos y tapas redondeadas era apropiado conceptualmente, y el que nos ocupa, además, tenía una cosa extra: había sido enviado a Australia para ser preparado y ajustado por "los que susurran a los motores de ejes cónicos", Vee Two.
Se mire por donde se mire |
Mazzarolo siempre está ocupado, viajando por todo el mundo, increíblemente ocupado, y estuvo de acuerdo en encontrarnos en mi taller un viernes o un sábado por la noche, tuvimos una charla, e hicimos el acuerdo."
Woolie construye una moto custom del mismo modo que un equipo de carreras hace una moto de pista. Eso significa que el diseño está guiado por la objetividad. Una ejecución perfecta demanda quitar el ego de la ecuación. La mentalidad única llega con el sacrificio.
"Trabajé cada día durante tres meses en ella", recuerda Woolie. "Trabaje incluso el día de Acción de Gracias y en Navidad, y en Año Nuevo... Sí, mi esposa es muy comprensiva. No diseño las cosas en una computadora: trabajo con papel y aluminio, y los patrones son lo que más tiempo toman."
El motociclismo alimenta a la obsesión. La obsesión alimenta a la especialización de habilidades. Cuanto más te metes, mejor llegas a ser. Así es como se construyen las leyendas en el deporte. Y no sólo los corredores, sino también los constructores: el que hace el chasis, el que monta las ruedas, el que ajusta el motor... Todos conocemos a algún tipo así, solo que los tipos de Woolie pertenecen al Salón de la Fama de la AMA.
Woolie recibió la ayuda del legendario constructor de chasis Jeff Cole, de C&J Precision Products para fabricar un cuadro a la medida. Cole, ahora acercándose a los 80 años de edad, se ganó su puesto en el Salón de la Fama de la AMA por construir chasis de carreras para incontables motos y corredores ganadores de muchos campeonatos, como Kenny Roberts, Scott Parker, Chris Carr, Bubba Shobert, y otras leyendas. Cole es la leyenda detrás de las leyendas. Puede que incluso la leyenda que hizo posible a otras leyendas.
Aunque Cole es el nombre más famoso envuelto en la construcción, no es el único. Jimmy Wood, que hace la preparación de suspensiones para los mejores corredores de flat-track, se encargó de los amortiguadores en Race Tech; la horquilla viene de una moto de carreras de Chuck Grave; y pos supuesto el motor es de Brook Henry y Andrew Cathcart, de Vee Two, como ya se ha dicho.
Woolie estima que la moto pesa alrededor de 350 libras, poco menos de 160 kg, y arroja unos 80 cv de potencia. Mazzarolo sólo permitió a dos personas probar la creación antes de iniciar un tour por salones y shows por todo el mundo: el analista-periodista de la revista "Sportrider", Alec Dare, tuvo la suerte de ser uno de ellos.
Las retorcidas carreteras a las afueras de Palos Verdes proveyeron las idealmente imperfectas condiciones para que Dare pusiera esta moto en funcionamientoy poder probar el chasis de Cole, arriba mencionado. Le impresionó el tren delantero bien plantado, y el modo en que la larga distancia entre ejes parecía mucho más corta en las zonas de curvas. Hizo notar, asimismo, que el escape Akrapovič (modelo único fabricado expresamente para la ocasión) sonara como 1974, pero el chasis se sentía muchísimo más moderno.
Mazzarolo está igualmente contento con el producto final: "La moto está registrada en California, así que la puedo usar en la carretera. Y me encanta hacerlo."
Impresionante por sus esbeltas líneas rojas y por sus componentes tope de gama, la motocicleta que Woolie ha fabricado para Alpinestars es mucho más valiosa que la suma de sus partes. Representa los valores de esa marca, pero más que eso, representa los valores que dirigen nuestro deporte: dedicación, habilidad, pasión.
Mazzarolo pensaba que iba a conseguir una moto para commemorar el legado de su marca, pero viendo la lista de colaboraciones de grandes hombres, Woolie construyó un aparato que paga tributo a todos aquellos desconocidos que trabajan por el amor al motociclismo en sí mismo.
En la siguiente foto, Woolie señala elementos del diseño al periodista europeo mientras Dare mira de cerca el motor:
12/7/19
Novant´anni, por Affetto
Leo Fleuren, fundador y dueño de Affetto Ducati (Holanda), ha estado vendiendo Ducatis raras y especiales por más de dos décadas, y así ha conseguido acumular una colección de repuestos sueltos enorme, incluyendo varias cajas de piezas de motores 860 "bevel".
Leo y su equipo prepararon un plan para celebrar los éxitos de Paul Smart, y decidieron hacer una amalgama clásica con inspiración de diseño café racer, pero que tuviera un manejo de moto moderna. Obviamente, el chasis ha sido muy trabajado para ello, y por ejemplo, el ojo bien entrenado se dará cuenta del basculante de Sportclassic fuertemente modificado para trabajar con el motor 860, que tiene la transmisión secundaria por la derecha en vez de por la izquierda.
Ruedas de una Ducati Scrambler, frenos de una 996, amortiguador trasero de 748R... perfectamente conjuntado con uno de los motores de moto más bellos construidos: diseñado por dentro por Taglioni, y por fuera por Giugiaro. Delicioso.
La Novant’ Anni, no fue construida para ningún cliente, sino como proyecto personal del señor Fleuren para celebrar el 90º aniversario de Ducati.
¿La recompensa? Meramente la satisfacción de la obra bien hecha, y tener una máquina no sólo realmente bella, sino también única.
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