21/9/17

Thiverval, por Krugger

La Diavel nunca fue producto que me entusiasmara, más bien al contrario, una abominación digna de odio y repudio. No entendí el porqué. Sigo sin hacerlo. No es el juego de la marca, como no lo era de Harley cuando tuvo que subcontratar a Porsche para extraer potencia y fiabilidad de un V2 para poner en la calle la V-Rod. Todo por pillar cacho en el pastel que llevaba saboreando en solitario desde hacía décadas la señora de Iwata con la muy famosa y siempre magnífica V-Max.
Tiempo más tarde, Ducati sorprendió con la X-Diavel, una remodelación radicalizada, llevada casi al extremo, que a unos gustó más, y a otros simplemente horrorizó. Conmigo ha quedado en tablas. Hubiera ganado tal nacimiento se acompañara con la desaparición del catálogo de la Diavel a secas, pero no fue así.
La X-Diavel es otra cosa. Uno la mira y se reconcilia. No es lo anodino hecho verbo que cada vez que veo una Diavel a secas me hunde en súbita depresión. Ver la Diavel es automáticamente pensar en lo que Ducati fue y lo que es ahora; en lo que ha salido de sus entrañas y lo que pudo haber salido.
Ver la X-Diavel, en cambio, me produce el efecto contrario: esta vez sí, esa máquina desprende radicalidad, terror, salvajismo, sin dejar de lado la tecnología y un diseño digno de ese nombre.

Pero siempre hay quien es capaz de dar la vuelta al concepto, y llevarlo un poco más allá. Cómo coger una X-Diavel y cambiarla de arriba a abajo:

Custom Ducati Diavel by Krugger

Por encargo de Stefano Tarabusi, Product Manager de Ducati, el señor Fred Bertrand, AKA Krugger, ha realizado esta obra. El dos veces campeón del mundo de constructores custom sólo tenía como condición el mantener manillar alto y la posición de las estriberas.
Con esas pequeñas cortapisas, que no son cosa nimia a la hora de diseñar un producto poderoso que transmita deportividad, ha sido capaz de sacar a la luz esta cosa que algunos llamarán aberración.

Custom Ducati Diavel by Krugger

Reconozco que yo mismo he tardado en dar el paso de colgar esta entrada, no estaba convencido del todo, pero el tiempo ha hecho que el concepto madure en mi interior, y sea capaz de valorar lo que Krugger quiere transmitir.
Hay que reconocer la dificultad de la empresa, un encargo para locos, y pretendo apoyar y dar el reconocimiento merecido a este fiera de la customización.
Los acabados son tan buenos que parece salido de una cadena de fabricación en la misma sede de Bolonia. Incluso mejores. La exquisita atención al detalle produce verdadero vértigo, nada se deja al azar, y las soluciones empleadas quitan el hipo por la magnificiencia de su ejecución:

Custom Ducati Diavel by Krugger

Custom Ducati Diavel by Krugger

Custom Ducati Diavel by Krugger

No es de extrañar que el autor pose así de orgulloso con su mascota:

Custom Ducati Diavel by Krugger

No obstante todo lo dicho, no puedo dejar de preguntarme ¿POR QUÉ?
Hay gente para todo. Y a patadas.

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