15/12/15

cultura (III)

Ah, sí, las SS de "aire".
Cuando uno ve cosas como la de esta foto, se pregunta en qué momento de su historia, y por qué causas, Ducati perdió ese tren, o más bien lo dejó pasar:


Su belleza es singular, y se puede calificar de ruda. Es una moto vestida pero que da la impresión de desnuda, porque lo enseña todo sin vergüenza, sin rubor, orgullosa. Orgullosa de mostrar su chasis multitubular triangulado, pintado en blanco para que destaque más (¿han visto alguna vez un chasis de moto japo pintado para que destaque, o enseñado de modo tan impúdico?). Orgullosa de la ligereza que le daba su motor bi refrigerado por aire.
Fabricada entre 1991 y 1998, en cilindradas de 400 cc (para el mercado japonés), 600 (con un sólo escape y un sólo disco delantero, igual que la 400), 750, y la "reina" 900 (con embrague en seco y cambio de 6 velocidades. En 1992 se vendió una serie limitada llamada Superlight, con ciertas peculiaridades: colín monoplaza, escapes elevados, discos de freno flotantes, partes de carenado en fibra de carbono y llantas ligeras fabricadas por Mavic. En años posteriores se hizo la Superlight, pero carecía de las famosas llantas y los discos flotantes Brembo.
Esta moto se fabricó con carenado completo y también con semicarenado, y es un icono absoluto de la marca, amada y querida, admirada, por todos los seguidores y todas aquellas personas con un mínimo de sensibilidad.

Más modernamente, el concepto evolucionó hasta un modelo diseñado por Pierre Terblanche, fabricado en diversas cilindradas y niveles de acabados entre los años 1999 y 2007, al principio con motores de 750 y 900 cc, y a partir de 2003 con motorizaciones de 620, 800 y 1000 cc. Respecto a la de carburadores, esta moto presenta ligeras variaciones en el chasis, y con motor de inyección electrónica. Adaptada a los tiempos modernos, pero no lo suficiente para luchar contra rivales que, en realidad no eran tales, pues tal concepto, como digo, se dejó de evolucionar y de generar interés entre los aficionados a las motos deportivas, que buscaban muchos caVallos y pocos kilos a módico precio.


Sirva esta entrada como recordatorio de estas motos a las que adoro, cuyo sonido y carácter se perdieron en el tiempo.

13/12/15

Tesi 3d

¿Bimota vive?

Lo que fuera lo más increíble y exclusivo sobre dos ruedas, sigue asombrando a veces con imágenes como ésta:


La historia de amor de esta poco prolífica factoría con un chasis especial dotado de basculante delantero lleva con altibajos desde que se presentara el primer prototipo allá por 1983, dejando alucinado a medio mundo.
Siempre movido con motores Ducati refrigerados por aire, son máquinas únicas, tanto por precio como por disponibilidad, y una de las pocas oportunidades de tener un verdadero y auténtico desmoengendro puramente italiano y con pedigree.

11/12/15

los despropósitos

Ducati es conocida mundialmente por sus éxitos deportivos, por el diseño de sus motos, por el carácter especial de sus máquinas, por sus chasis, por su equipamiento de calidad, por la disposición de su motor en L y distribución desmodrómica...

Son las superdeportivas las máquinas que siempre han enamorado y han marcado la diferencia con la competencia, y no en vano creó el concepto de la naked deportiva y radical con la Monster, producto de desnudar su legendaria 888, una hipersport ganadora del Mundial de Superbikes.

Pero los números cantan y mandan, y como Porsche con su Cayenne, o el grupo VAG con los Seat Ibiza y otros electrodomésticos con ruedas, si hay que fabricar motos anodinas, feas, insulsas, y carentes de estilo o gracia, todo sea para que con el producto de sus ventas se pueda seguir en la brecha de ofrecer ese producto más exclusivo, prácticamente único, que tanto amamos algunos, pues se tendrán que hacer. Pero todo tiene un límite, vamos, creo yo.

Que sí, que es genial tener el 911 GT3 y el Cayman GT4, y es acojonante ver y oir un Huracán, o un Veyron... pero no a costa de cualquier cosa. Y con cualquier cosa me refiero a algunos modelos que contravienen toda ideología, carisma, pensamiento, directriz inicial o ancestral de los ideólogos del ducatismo más acérrimo.

Algunos ejemplos de motos Ducati que nunca debieron existir, pero que vieron la luz sin deber haberlo hecho nunca (porque además, según parece, nunca fueron éxito de ventas y costaron más disgustos y problemas que beneficios extrajeron de ellas, y sólo contribuyeron a la risión absoluta de la competencia y a la vergüenza del verdadero aficionado), algunos ejemplos pueden ser los siguientes:


La ST2, fabricada entre 1997 y 2003, así como sus variantes de tres y cuatro válvulas por cilindro, las ST3 y ST4, son la verdadera descripción gráfica de EL HORROR, en términos de diseño.
Se supone que su objetivo era quitar ventas a la VFR de Honda, o las BMW más ruteras (¿Acaso alguna no lo es?), pero quizá el grupo TPG, dueño a la sazón de Ducati en aquellos años, y con una sóla cosa en su ideario (aumentar beneficios a toda costa, incluso prostituyendo la imagen de la marca como símbolo de deportividad y diseño como elemento diferenciador) no era consciente de que en el subconsciente motociclista colectivo no se asocia a Ducati con sinónimos de fiabilidad, suavidad, longevidad... características todas ellas necesarias para embarcarse en un proyecto así. Ojo, que no digo que no fueran fiables, ni longevas, ni pudieran hacerse motores suaves. No. Lo que digo es que igual que cuando uno quería una moto radical, sin concesiones, el summun de la deportividad, miraba a Ducati, o a MV Agusta, por ejemplo. Y si quería hacerle 300.000 km a su moto viajando por los cinco continentes, entonces desviaba la vista a Honda o BMW. Eso es un hecho, que tendrá más o menos lógica en los tiempos que corren, pero es así.

Las ST eran motos sin alma, feas, desproporcionadas, con un frontal que tengo que apartar la vista de él para no vomitar, y es sabido que son motos difíciles de vender por mucho que bajen el precio de las usadas, y que sólo las compran algunos locos para hacerse sus engendros. Algo es algo.

Otra, la Multistrada:


Fabricada entre 2003 y 2009, montó motores de 1000, 620 y 1100 cc. Su diseñador fue Pierre Terblanche, ese mago visionario que nos deleitó con otras obras maestras, en esta ocasión no acabó de cuajar a pesar de los innumerables detalles concienzudos. Debo partir una lanza a favor de esta moto que, según el día, veo como algo maravilloso y práctico, y otros me parece horrendo e inútil.
Tiene varias reminiscencias de la concept bike que fue la MHe, como la zona del colín, la inspiración del basculante y ruedas, o el faro. Guiños curiosos que lograron pasar de la mesa de dibujo a la fabricación en serie fueron también, por ejemplo, los discos delanteros de freno sin araña, anclados directamente a la llanta; el pequeño cupolino, cuya parte superior gira con el manillar, los escapes dobles bajo el colín; los intermitentes alojados en los espejos retrovisores (que se convertirían en una constante en los modelos posteriores); el tablero de mandos, con variada información y digital en parte, la precarga del amortiguador trasero fácilmente regulable con un pomo, y un chasis multitubular que se enseña sin reparos (no tenía nada que ocultar y era un componente esencial y bello).
Una máquina que iba dirigida a un tipo de cliente muy específico, quizá demasiado. El conductor maduro, que está de vuelta de todo, que sólo quiere una moto para disfrutar del paisaje, viajar, ir por ciudad tranquilamente, pero que le permita unas mínimas pretensiones deportivas. Eso era posible con la Multi, y de hecho Ducati se volcó en una increíble y vanguardista campaña publicitaria nunca antes hecha en este mundo de las dos ruedas, llegando a organizar grandes tours por carreteras de montaña alpinas.
Lamentablemente, esta moto fue denostada, despreciada, y poco vendida. Alejada de la idiosincrasia de Ducati, nunca llegó a tener buena acogida salvo por algunos frikis ajenos a la historia de la marca.


La Ducati Indiana:


A mediados de los años ochenta, Ducati fue salvada de la desaparición gracias a la intervención de los hermanos Castiglione, dueños a la sazón de Cagiva. Emplearon el know-how de la resucitada marca boloñesa para hacer unos modelos a medio camino entre Ducati y Cagiva, hasta el punto de que tanto daba tener una moto de una como de la otra, pues eran mismos motores, diseñadores, ideas...
Así surgió la Cagiva Elefant, una maxitrail que ganó el París-Dakar y de ahí adquirió la fama que hizo vender unas pocas unidades. Curiosamente, como una derivación de aquella, y en pleno apogeo de las chopper japonesas (porque en aquellos tiempos se llamaban a esas motos así, y no custom como erróneamente se hace ahora, ya que ¿hay algo menos custom que una moto fabricada en serie para el gran público? Es algo totalmente contradictorio, pero en fin, el marketing es asín), y con el hoy gigante Harley casi moribunda y enterrada en plena crisis, decidieron meterse en la empresa de usar el camaleónico motor en ele para dar vida a una moto de estética, digamos, difícil de asimilar.

Para empezar, la moto se construyó sobre la base de un chasis de Elefant. Obvio: ¿Para qué hacer algo distinto? Total, si iba a alojar el mismo motor, ¿no? Bueno, el motor es una derivación del Pantah, al que se giró el cilindro trasero aprovechando el hueco entre ambos cilindros para ubicar los carburadores, y saliendo el escape por la parte más trasera del motor. Esa solución seguiría hasta nuestros días.
Presentada en el Salón de Milán de 1985, se fabricaría posteriormente en cilindradas de 350, 650 y 750 cc.
La moto parece que se manejaba bien, y el motor le daba cierta alegría, de modo que se diferenciaba dinámicamente de su competencia. No obstante, su alejamiento de los estándares establecidos del mundo de la cruisers, mundo habitado por reaccionarios y seguidores de una estética rígida basada en la copia e imitación pura y dura de las motos norteamericanas, creadoras del concepto, hizo que nunca fuera bien aceptada. Sólo se vendieron 2318 unidades de esta macabra y terriblemente cruel diseñada motocicleta.
Quizá la menos Ducati de todas las Ducati.


La Ducati Diavel:


What the fuck!!!!  Fue lo primero que me vino a la cabeza cuando empezaron a filtrarse fotos "espía" y posteriormente se presentó en 2011 este bodrio, indigno de llevar pintado el nombre de tan gloriosa marca en el depósito de gasolina.
Pero mucho peor fue verla, por fin, en directo. La decepción era en mí. Albergué, antes de ello, la lejana y ligeramente imperceptible sensación de que a lo mejor, en vivo, me gustaría. Joder, una V-Rod a la europea, pasada por el tamiz del diseño de pasarela italiana... Pero me equivocaba de todas, todas.
Esta Diavel es una moto que no puedo dejar de ver como un simple refrito, en busca de quitar ventas a la Harley mencionada, o a la legendaria Yamaha V-Max (¿Quién no ha girado la cabeza para mirar una V-Max alguna vez de pequeño?). Desgraciadamente, Ducati se dedica últimamente sólo a copiar a los demás, en vez de innovar y sorprender. Atrás quedaron los tiempos de la Supermono, las Supersport, las Tamburini, incluso de las Terblanche.
Este puzzle de moto de superdeportiva con ruedas desmesuradas, aspecto ancho y pesado (pareciera que pesa una tonelada), con un chasis que parece haberse quedado a medio construir... Unido todo ello a la absoluta desproporción de sus medidas más básicas, le hace a uno preguntarse ¿cuándo perdieron los diseñadores la guía del número áureo? Quien fuera el estúpido que dio el visto bueno para la fabricación de este atropello, la verdad es que se cubrió de gloria. No he encontrado moto más inútil ni menos representativa de lo que es Ducati. Es un caso peor incluso que el del spaguetti western de la Indiana.
Esta moto, la Diavel, es válido como concept bike de salón. Y basta.


No quiero seguir con esta entrada. Me deprimo y entro en pérdida, caigo en barrena. Pero haber más ejemplos, haylos.

9/12/15

Mallol y Tejedo






El equipo español formado por José María Mallol y Alejandro Tejedo, sobre una Ducati 900, venció de forma sorprendente en las 24 Horas de Montjuich, cuarta carrera puntuable para el campeonato del mundo de resistencia. Los grandes favoritos, los equipos japoneses Honda, Suzuki y Kawasaki, padecieron averías y caídas, lo que facilitó la victoria inesperada de la pareja española.La más potente de todas las escuderías en liza en este mundial, Honda, había tenido que rehacer apresuradamente sus máquinas después de que éstas quedaran prácticamente destrozadas en el curso de la última carrera. El resultado era una incógnita, pero el poderío potencial de la escudería nipona parecía suficiente garantía.

Sin embargo, pese a dominar la carrera durante la primera parte de la misma, unas veces por las caídas y otras por averías mecánicas, Honda perdió inexorablemente sus mejores bazas.

Algo similar ocurrió con los otros equipos japoneses, en beneficio de la regularidad y la sencillez mecánica de Mallol-Tejedo y su Ducati. Sin precisar de un ritmo muy fuerte -al que nunca habrían podido llegar-, pero a base de no cometer errores, no sufrir problemas mecánicos e invertir en los relevos y repostajes el mínimo tiempo posible, un equipo modesto pudo alzarse con un triunfo importante.



Esta máquina es una enorme fuente de inspiración. 

29/11/15

cultura (II)

Seguimos informando.

MH900e

Y hubo un hombre llamado Mike. Mike the Bike, le decían algunos.
Cuando Hailwood se retiró de las carreras del Mundial de Motociclismo, había logrado 9 campeonatos del Mundo, 76 victorias, y tenía 28 años. Corría el año 1968, y Honda le ofreció 50.000 libras esterlinas para que no volviera a correr más.
Bueno, no corrió más en Grandes Premios, pero sí se animó, diez años más tarde, a correr el TT de la Isla de Man de 1978. Para ello, se desplazó con una Ducati 900SS asistido por el mismísimo doctor T, Fabbio Taglioni, y Franco Farné, para correr en la categoría máxima, Fórmula Uno, contra su máximo rival, Phil Read que lo haría a lomos de una Honda 900. La batalla fue épica, dicen. Ganó Mike.
La moto usada fue ésta:


En su honor, o aprovechando el tirón, Ducati puso a la venta una réplica:


Pasaron los años, los lustros, y las décadas, y mucho más tarde, el señor Terblanche, tan denostado por la mayoría, nos obsequió con esta joya, que fue innovadora en muchos aspectos:



Fue bautizada como MH900e. La "e" significa "evoluzione".
Imaginen una moto que es capaz de hacer funambulismo sobre la cuerda floja entre el pasado y el presente: esa es la MH900e. Tan impactante cuando fue lanzada para su venta a través de internet en el año 2000, como si tenéis la gran suerte de verla a día de hoy.
Fue un experimento esta forma de vender, mediante reserva a través de la web, y en pocas horas se vendieron más de mil unidades de las 2000 previstas. en pocas semanas se vendió toda la producción, y todavía faltaban meses para ser entregadas!!!

Recuerdo muy bien cuando vi una por primera vez, fue en Faro, con motivo de la famosa concentración veraniega. Realmente impactante. Nunca había visto algo igual, vanguardista a tope.

Los volúmenes, las formas, la perfecta combinación de colores, las ideas que se verían más tarde trasladadas a otros modelos...
El cuadro de relojes inspiraría el de la 999, y el basculante se trasladaría a las Monster S2R años más tarde. El chasis se repetería con las SportClassic.








Está claro, clarísimo, que Pierre Terblanche lo clavó. Y Ducati cogió la delantera, quizá demasiado, con esta máquina cuyo concepto era posiblemente un tanto avanzado para su momento. No ha habido nada igual desde entonces. Ningún fabricante se ha atrevido a hacer algo tan transgresor, tan rompedor, y la misma Ducati bajó un poco el tono con las SportClassic de cinco años más tarde, también salidas de la pluma, pinceles y cartabones del sudafricano Pierre. Las SC son unas motos geniales y un poco extremas a su modo, pero de ninguna manera tan especiales como la MHe.

Claro, como pasaría con las Sportclassic un lustro más tarde, pronto hubo quejicas: que si era muy incómoda, que si de difícil manejo, que si poca autonomía, que si...
¡Váyanse al carajo, pendejos! Esto es una jodida y verdadera concept bike digna de eclipsar al resto de los objetos presentes en el Salón de Milán. ¿Qué esperaban? Quien quiera comodidad, economía, autonomía y, en suma, vulgaridad, que vaya corriendo al milanuncios y busque una CBR600F.

24/11/15

cultura (I)

Antes de seguir adelante en el muestrario de objetos reconducidos a la personalización en busca de un carácter perdido o, en cualquier otro caso, nunca tenido, me veo obligado a hacer un breve repaso de la mecánica fabricada en serie, desde los más recientes y vanguardistas modelos hasta los creados en los primeros noventa, recorriendo este camino en sentido contrario hacia atrás en el tiempo.

Me circunscribo, en todo caso, a los motorizados por biválvulos, o quizá triválvulos (en los más recientes), pero siempre refrigerados por aire. Son el target de mi amor, prácticamente incondicional (aunque o exclusivo).


SportClassic

Como diría la casa madre, literalmente, en su catálogo: "motocicletas que capturan la belleza esencial, el estilo intemporal y la emoción de los diseños originales de Fabio Taglioni de los años 70. La familia SportClassic consigue retener lo mejor del pasado, pero empleando lo último en tecnología en su desarrollo, ofreciendo una motocicleta moderna que se adapta perfectamente a los estándares de hoy en día."

Equipadas con un motor de dos válvulas y 992 cc, capaces de desarrollar 92 cv, son precursoras de un estilo de hacer motos "neo retro", estética evocadora a modelos pasados legendarios pero con tecnología actual. Muchos sonreirán al leer lo de "actual", pero en verdad, tener sólo dos válvulas por cilindros y refrigeración no líquida no quiere decir que un diseño sea viejuno per se. En absoluto. Era el motor perfecto para ese diseño, no desentonaba con la estética, y era más que potente, cuarenta caballos más que la única competencia que tenía en aquel momento (una mucho más pesada Triumph Bonneville, con suspensiones de juguete y un manejo que no era, ni es, superior al de una Puch Monza de 1980).
Vendidas entre 2006 y 2010, Ducati dejó de hacerlo porque la demanda no justificaba el esfuerzo de desarrollo y fabricación. La gama se estratificaba en cuatro modelos, cinco si contamos la especialísma Paul Smart:
Tres modelos deportivos y uno de corte turístico que comparten todos motor y chasis. El modelo mas amigable es el GT 1000 con asiento de dos plazas y manillar elevado mediante torretas en la tija. Los tres restantes montan semimanillares en todos los casos con las siguientes particularidades: asiento de dos plazas, semimanillar elevado y basculante recto con dos amortiguadores en la Sport 1000 Biposto; asiento de dos plazas, semimanillar bajo, basculante recto con dos amortiguadores y carenado superior en la Sport 1000 S; asiento de una plaza, semimanillar bajo y basculante asimétrico con un amortiguador lateral en la Sport 1000 Monoposto (será la única que monte un embrague en seco y no en baño de aceite como el resto).

2006 Sport 1000
2007-2009 Sport 1000S
2007-2010 GT1000. Detrás, amarilla, la 1000 Monoposto
2006 Paul Smart 1000 LE, sólo 2000 unidades
No obstante, a pesar de la belleza indiscutible de estas máquinas, siempre se le han achacado algunos defectos, principalmente su "incomodidad", y detalles de poca calidad como los frenos de segunda categoría. Bueno, son motos casi de pasarela, y el diseño radical merece ciertas concesiones. Todos queremos motos cómodas (pero no serían tan bonitas), pero el que busque eso en una moto quizá no debería mirar una Ducati, sino una BMW GT. Es como probar un Ferrari y decir que se notan los badenes y baches mucho, o que el seguro es caro. Sencillamente, un Ferrari no es tu coche, como tampoco lo es una SportClassic.
En cuanto al detalle de los frenos, y otras cosillas que se ven menos, son cosas así lo que permiten que una moto bastante cara no se vaya a lo directamente prohibitivo...